Aprender a poner límites ya sea en forma de acuerdos o normas (y conocer la diferencia). De manera amable, firme o agresiva. A nivel mental, emocional, físico o libidinal. Es de vital importancia para construir relaciones saludables, primero con nosotr@s mism@s, y por consiguiente con nuestro entorno.
El arte de establecer límites y acuerdos claros es indispensable en el confirmación de nuestro valor, amor propio y soberanía. También fortalece la protección de nuestra integridad frente a un transgresión violenta por parte de una persona conocida o desconocida. Nos hace responsables, permitiéndonos responder, defender y cuidar de nosotros y el otro de manera benéfica y saludable para todos.